viernes, 12 de junio de 2009

Otomies

Los otomíes son un pueblo indígena del centro de México. Está emparentado lingüísticamente con el resto de los pueblos de habla otomangueana, cuyos antepasados han ocupado la Altiplanicie Mexicana desde varios milenios antes de la era cristiana. Actualmente, los otomíes habitan un territorio fragmentado que va del norte de Guanajuato al sureste de Tlaxcala. Sin embargo, las mayor parte de ellos se concentra en los estados de Hidalgo, México y Querétaro. De acuerdo con las estadísticas de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) de México, la población étnica[2] otomí sumaba 646.875 personas en la República Mexicana en el año 2000, lo que les convierte en el quinto pueblo indígena más numeroso del país. De ellos, sólo un poco más de la mitad hablaban el otomí. Al respecto, cabe decir que la lengua otomí presenta un alto grado de diversificación interna, de modo que los hablantes de una variedad suelen tener dificultades para comprender a quienes no hablan otro dialecto. De ahí que los nombres con los que los otomíes se llaman a sí mismos son numerosos: ñätho (valle de Toluca), hñähñu (valle del Mezquital), ñäñho (Santiago Mezquititlán en el Sur de Querétaro) y ñ'yühü (Sierra Norte de Puebla) son algunos de los gentilicios que los otomíes emplean para llamarse a sí mismos en sus propias lenguas, aunque es frecuente que cuando hablan en español empleen el etnónimo otomí, de origen náhuatl
Como ocurre con . la mayor parte de los etnónimos empleados para referirse a los pueblos indígenas de México, el término otomí no es nativo del pueblo al que hace referencia. Otomí es un término de origen náhuatl que deriva de otómitl,[4] palabra que en la lengua de los antiguos mexicas quiere decir quien que camina con flechas,[5] aunque autores como Wigberto Jiménez Moreno lo hayan traducido como flechador de pájaros.[6] También resulta plausible que el gentilicio sea derivado del nombre de Oton, un caudillo de este pueblo que vivió en la época prehispánica. De acuerdo con los miembros del pueblo a que refiere este término, otomí tiene un sentido peyorativo porque está asociado con una imagen derivada de las fuentes coloniales y nahuas donde los otomíes son presentados como indolentes y perezosos. Por ello, desde hace algunos años ha habido un resurgimiento del empleo de los nombres nativos, especialmente en el valle del Mezquital, Querétaro y el noroeste del estado de México; territorios con un alto porcentaje de población étnica otomí. En cambio, en el oriente de Michoacán la recuperación del gentilicio nativo no ha tenido el mismo auge.

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